Una y otra vez los vientos del tiempo nos regalan personas, situaciones o experiencias que dejan huella en nuestra historia personal.
Cuando la diosa fortuna sopla a nuestro favor, llegan a nuestro encuentro auténticos tesoros, descubrimientos que adoptan la forma de un amor o amistad, un logro, una pasión, un reconocimiento o una apertura. Seguro que puedes poner nombre o cara a algunos de esos hitos vitales, a esos asombrosos hilos que tejen tu destino llenándolo de significado y sentido.
Otras veces, sin embargo, nos toca saborear los amargos tragos del desencuentro, la carencia, el dolor, la pérdida o el error. Y este reverso de la moneda también adquiere rostros muy concretos en cada uno de nosotros: esas duras adversidades que te han puesto a prueba como nunca imaginabas.
Querámoslo o no, en el entramado del tapiz, los hilos brillantes y luminosos se entrecruzan con hebras oscuras y retorcidas. Ambas tonalidades forman parte, como tan bien sabemos, de la experiencia humana.
Pero lo más bello de este juego de luces y sombras es aprender a tejerlas con agradecimiento. Porque gracias a ellas comprendemos que todo cambia, salvo lo eterno.
enero 2023
Preciosas palabras para describir algo tan cercano a todos
Perfectamente explicado 👏🏻👏🏻👏🏻